martes, 29 de enero de 2013

Tercera temporada



Tanta publicidad pusieron en Balaídos de “Chipre todo el año” y “Chipre en el corazón” que acabaron convenciéndome, al igual que a Joan Tomás. Así que aquí estoy de nuevo en la isla de Afrodita, dispuesto a encarar una nueva temporada en esta vieja pero aun bella dama que es el barco donde trabajo. Con algo menos de ganas que en veces anteriores pero con el mismo optimismo de siempre.

Lo de las pocas ganas viene motivado por un síndrome post vacacional de los gordos. Y es que no se pueden tener unas vacaciones tan buenas, que uno luego se acostumbra rápido. Pero qué queréis, cuando te reciben en el aeropuerto como si fueses una estrella del deporte, coreando tu nombre sin importar quien mire o deje de mirar. Cuando te despeñas río abajo con otros cuatro locos el día que un temporal arrancó varios árboles en la ciudad. Cuando vuelves al estadio dónde tu equipo juega ahora, por fin, en primera. Cuando duermes todos los días con la persona que quieres y vives a unas cuantas escaleras de distancia de tu familia. A unos cuantos pasos de tus mejores amigos. A unos pocos kilómetros de todo lo que importa. Cuando en tres meses te da tiempo a hacer eso, a mil cosas más y te quedan otras mil por hacer, uno se queda con ganas de más.

Pero como el dinero no crece de los árboles como nos quería hacer creer el Sims, habrá que trabajar. Y con la que está cayendo, como para aun por encima quejarse.

Por aquí las cosas no han cambiado demasiado. En Puerto Desolación hay obras por doquier pero me temo que ninguna con el fin de mejorar su aspecto o su oferta de ocio. Aunque puede que si fuese un jubilado las obras serían una oferta de ocio en sí mismas. Tenemos al lado un barco bajo arresto por cargarse unas cuantas jaulas cercanas dónde criaban pescado  al que le exigen el pago de millón y medio de euros. Cuando me enteré de la cantidad supuse que las jaulas contenían carpas koi, esturiones albinos o sirenitas, pero resulta que sólo había lubinas corrientes. Los pescadores aficionados locales están contentísimos.

A bordo internet funciona más rápido que nunca pero no se puede ver la tele. Por todos es sabido que el día que funcionen las dos cosas a la vez se cumplirá la profecía maya y nos iremos todos a hacer gárgaras.

Los planes de principio de verano incluyen España. Aunque queda mucho para eso y ni siquiera sé si estaré aquí, anima. Hoy hizo buen tiempo. Me he puesto pantalones cortos después de meses.

Siempre es un buen día si te puedes poner pantalones cortos.

Todo el mundo debería saberlo.