miércoles, 12 de febrero de 2014

Rohan, España



Segunda parte de El Señor de los anillos. Las dos torres. Pero nada de Tierra Media. Ambientada en España.

Así que llega Gandalf a la corte del Rey Theoden con pruebas de que Lengua de Serpiente trabaja para Saruman. Y le enseña los papeles con su firma y las cantidades que le pagaron en dinero b el Partido de la Mano Blanca y les dice a todos que manaña lo publicará el periódico Arda en primera página.

Lengua de Serpiente está tranquilo. Sabe que no lo echarán a patadas del castillo. Como mucho lo apartarán de la vida pública un tiempo. Quizás a la diputación provincial del Folde Oeste mientras se calman las cosas. Luego si hay juicio ya le pagará a alguien para que vayan a aplaudirle y llamarle guapo a la puerta del juzgado. Y en el peor de los casos, aunque lo condenasen a algo, sabe que su dinero está a salvo en una cuenta en los Puertos Grises a nombre de una empresa fantasma. No worries.

Avanza la historia, y los protas se ven  al comienzo de la batalla del abismo de Helm. Aquí si que las cosas cambian mucho. Lo primero es que en el ejército de los defensores también hay mujeres. Un porcentaje previamente acordado para que no se diga que el Reino de Rohan no es el más igualitario de toda la Tierra Media. Lo cual estaría bien, porque lucharía Eowyn que es una guerrera cojonuda, pero también habría 50 campesinas que no saben ni por qué lado de la espada se apuñala. Pero las cuotas son las cuotas.

Lo que no cambiaría sería el viejete al que se le escapa la primera flecha, porque la edad de jubilacion sería de 67 años. No importa que el rohirrim medio tenga una esperanza de vida de unos 50, ya que se ha recortado en sanidad todo lo recortable. Eso sí, al abuelo más le vale palmar en la batalla, porque si no le va a caer un buen paquete por instigador a la violencia. Y fascista. Por haber disparado la primera flecha cuando aun no se sabía si esos Uruk-hai con colmillos salivantes venían a luchar o a cantar villancicos.

Las órdenes del Rey Theoden tardan un huevo en darse ya que siempre tiene que decir soldados y soldadas. Además hay dos traductores pagados por los constribuyentes para que las minorías élficas y enanas puedan escucharlas en sus respectivas lenguas maternas. No importa que Legolas y Gimli hablen la lengua común a la perfección.

La moral de la tropa está por los suelos ya que la arenga antes de la batalla es lo más descafeinado que han escuchado en sus miserables vidas. Nada de “enviad a esas bestias al abismo del que proceden” ni nada por el estilo. Ha venido un subdelegado del gobierno, con caballo marca Meara y jinete particular a su disposicion 24 horas, para contarle al Rey que el ministerio del interior recomienda no insultar a los agresores y evitar usar las expresiones “uruk-hai” u “orco” y que a partir de ahora deberán referirse a ellos como “hijos de los antiguos elfos mutilados y corrompidos por las  malas artes de Sauron”, para no ofender.

Así que lo que dice es algo así como “mis valientes guerreros y guerreras, mis hermanos y hermanas. Vamos a rechazar a esos hijos de los antiguos elfos mutilados y corrompidos por las  malas artes de Sauron con una fuerza proporcional y acorde con la amenaza que supuestamente suponen, etc, etc...”

Y claro, los uruk-hai, a los que Saruman les ha dicho que vuelvan con la cabeza de Theoden o que no vuelvan, se los comen sin pelar.

Y ni siquiera Aragorn  tiene esperanza de que pase algo de última hora para cambiar la batalla, porque si un español te dice “ya estoy de camino” y tarda dos horas porque ni siquiera ha salido de casa, entonces  si te dice eso de “espera mi llegada con la primera luz del quinto día, al alba mira al este” figúrate tu. Ni de coña va a aparecer el mago.

Así que ganan los malos. Evidentemente.

lunes, 10 de febrero de 2014

Cuarta temporada



Que se dice pronto, a bordo de este barco. Y como en las series de televisión, todo empieza ya a rechinar, a sonar repetido.

Este invierno somos menos tripulantes que nunca. Solo siete personas a bordo. Recortes a tope. Esto parece un barco fantasma. Menos mal que yo pico espuelas al coche alquilado puntualmente a la hora de salida y no me quedo aquí ni un minuto más del necesario. Pero el ambiente, en especial los fines de semana, es algo deprimente.

En cuanto a la temporada de verano que se aproxima, se presenta más o menos igual que las anteriores. Saldremos de Chipre hacia Grecia justo antes de Semana Santa para celebrarla allí comiendo cordero. Luego El Pireo durante un par de meses hasta principios de Julio, que será cuando empiece el único chárter que tenemos confirmado. Este tendrá lugar en Córcega y Cerdeña, islas que apenas conozco y que espero tener la oportunidad de visitar. Y poco más.

Bueno, en realidad tenemos un par de chárters mas en el aire que están “99% firmados“, pero uno, que ya lleva un par de primaveras en esto, ya sabe que no se cerrarán jamás. De hecho la temporada pasada hubo el rumor de que había uno así para ir este año a los juegos de Sochi, pero se ve que eso ya no va a pasar.

Pero sin duda lo mejor de esta temporada será, otra vez como las series de la tele, su desenlace final. Este incluirá una boda que espero con impaciencia y el volver a reencontrarme con el verano en casa.

Hasta que eso llegue instentaré disfrutar al máximo de cada día que pase aquí.

El sol ayuda.

Por cierto, ¿qué tal el tiempo por ahí?

lunes, 3 de febrero de 2014

Viaje en familia



Allá nos fuimos. Por enésima vez. Es curioso pensar que hemos ido a Chipre más veces que a Orense, por ejemplo, por decir algún sitio cercano. Pero esta vez nos fuimos juntos. Nuestra pequeña familia al completo.

Es complicado viajar con bebés. Cuanto más pequeños son más cosas necesitan. Y eso que tuvimos la gran suerte de que nos presten un millón de cosas un compañero del barco que vive aquí. Por lo que damos un millón de gracias. Aun así, sus cosas ocupaban su maleta y parte de las nuestras.

Son curiosas las reacciones de la gente cuando viajas con un niño pequeño. En los aeropuertos todo el mundo te sonríe a ti y al niño. Te recuerdan lo mono que es y todo son carantoñas y buen rollo. Pero una vez dentro del avión la cosa cambia. Ahí todo son miradas de recelo y maldiciones. Pensamientos de “que he hecho yo para merecerme un niño llorón al lado” y “a ver por qué no podría volar la criatura en la bodega de carga”. Suerte que  el niño ha heredado de su padre (aparte de piel atópica)  una narcolepsia aérea comodísima. Así que el bueno de Gael sólo lloró un poco en el aterrizaje de los dos últimos vuelos. Y sospecho que en el de Atenas fue más por el olor de la ciudad que por el aterrizaje en sí. En general se portó de maravilla.

Nota sobre Atenas: Normal que aparezcan niñas suecas robadas en campamentos gitanos. La señorita que comprobaba los pasaportes ni se molestó en levantar el culo para comprobar si efectivamente llevábamos a nuestro hijo o a un niño negro, chino o klingon.

Llegamos a Chipre puntuales, pero no lo hizo así la maleta del niño. Menos mal que Andrea se rigió por la máxima de no poner todos los huevos en la misma cesta, así que teníamos leche y pañales para un par de días. Aun así al día siguiente fuimos de compras pagadas por la compañía aérea.

Hoy es nuestro primer fin de semana aquí. Y aunque no podría pensar un sitio mejor para estar que no fuese en nuestra casa en Vigo, estamos juntos y hace sol (esa cosa redonda y amarilla que está en el cielo y da luz y calorcito). Así que a pesar de los pesares estamos bien.
 
Ya os iremos contando.