domingo, 2 de abril de 2017

Barcelona, otra vez



De nuevo a bordo del barco. Y de nuevo el barco está en Barcelona. Ninguna queja sobre el puerto.

Después de la actividad frenética en casa de estos últimos meses con nacimientos, operaciones y demás, aquí me he encontrado de repente con un montón de tiempo entre mis manos. De momento, esta semana lo he usado bien.

He empezado la operación desoxide, y he hecho ejercicio cuatro de los siete días que tiene la semana. Suena como que ha sido mucho, pero en realidad el ejercicio en sí no ha sido tanto. Lo que pasa es que prefiero hacer poco muchas veces que mucho pocas, ya que en realidad lo que de verdad consume tiempo es el ritual de prepararse y cambiarse antes y ducharse y volver a cambiarse después.

También en esta operación incluyo el andar un montón. Da igual lo que quiera comprar, un día voy a verlo y al día siguiente voy a comprarlo. En todas las tiendas de los alrededores deben pensar que soy idiota, pero ¿a quién le importa?

He terminado un libro y he empezado ya otro. ¿Sabíais que Asimov había escrito unos cuentos de misterio sin nada que ver con la ciencia ficción? Yo desde luego no, pero veré que tal están. También he terminado de ver la serie de “Westworld” y hasta me he visto una peli entera del tirón, algo que no pasaba desde hace bastante tiempo.

En el barco todo sigue más o menos igual, pero se avecinan cambios. De momento el único importante es que tenemos papel higiénico hecho del mismo material con el que hacen las servilletas de bar. Un desastre.

Estoy empezando a preparar ya la esperada visita de la familia, y de paso, a allanar las cosas para poder escaparme en semana santa.

Hoy, domingo de guardia.

Día de ordenador y fútbol.

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