Tanta publicidad pusieron en Balaídos de “Chipre
todo el año” y “Chipre en el corazón” que acabaron convenciéndome, al igual que
a Joan Tomás. Así que aquí estoy de nuevo en la isla de Afrodita, dispuesto a
encarar una nueva temporada en esta vieja pero aun bella dama que es el barco
donde trabajo. Con algo menos de ganas que en veces anteriores pero con el
mismo optimismo de siempre.
Lo de las pocas ganas viene motivado por un síndrome
post vacacional de los gordos. Y es que no se pueden tener unas vacaciones tan
buenas, que uno luego se acostumbra rápido. Pero qué queréis, cuando te reciben
en el aeropuerto como si fueses una estrella del deporte, coreando tu nombre
sin importar quien mire o deje de mirar. Cuando te despeñas río abajo con otros
cuatro locos el día que un temporal arrancó varios árboles en la ciudad. Cuando
vuelves al estadio dónde tu equipo juega ahora, por fin, en primera. Cuando duermes
todos los días con la persona que quieres y vives a unas cuantas escaleras de
distancia de tu familia. A unos cuantos pasos de tus mejores amigos. A unos
pocos kilómetros de todo lo que importa. Cuando en tres meses te da tiempo a
hacer eso, a mil cosas más y te quedan otras mil por hacer, uno se queda con
ganas de más.
Pero como el dinero no crece de los árboles como nos
quería hacer creer el Sims, habrá que trabajar. Y con la que está cayendo, como
para aun por encima quejarse.
Por aquí las cosas no han cambiado demasiado. En
Puerto Desolación hay obras por doquier pero me temo que ninguna con el fin de
mejorar su aspecto o su oferta de ocio. Aunque puede que si fuese un jubilado
las obras serían una oferta de ocio en sí mismas. Tenemos al lado un barco bajo
arresto por cargarse unas cuantas jaulas cercanas dónde criaban pescado al que le exigen el pago de millón y medio de
euros. Cuando me enteré de la cantidad supuse que las jaulas contenían carpas
koi, esturiones albinos o sirenitas, pero resulta que sólo había lubinas
corrientes. Los pescadores aficionados locales están contentísimos.
A bordo internet funciona más rápido que nunca pero
no se puede ver la tele. Por todos es sabido que el día que funcionen las dos
cosas a la vez se cumplirá la profecía maya y nos iremos todos a hacer gárgaras.
Los planes de principio de verano incluyen España.
Aunque queda mucho para eso y ni siquiera sé si estaré aquí, anima. Hoy hizo
buen tiempo. Me he puesto pantalones cortos después de meses.
Siempre es un buen día si te puedes poner pantalones
cortos.
Todo el mundo debería saberlo.