Hoy me
hubiese gustado escribir la épica historia de cómo armado con un set de
destornilladores, un termómetro láser y me increíble ingenio arreglé un nevera
luchando contra la adversidad, pero la realidad es que ganaron la nevera y la
adversidad.
Como nota
positiva diré que he aprendido un montón sobre neveras en los últimos días. Y
es que vivimos en una época maravillosa. Antes la única manera de aprender
sobre este tema era ir a la Universidad de Neveras como el hermano de Phoebe.
Ahora tenemos Internet.
Lo vaticinó
Isaac Asimov en los ochenta antes de que Internet estuviera al alcance de todo
el mundo (El video está en Youtube y no tiene desperdicio). El conocimiento
universal a unos clics de distancia. La posibilidad de aprender sobre
absolutamente cualquier tema desde tu casa. La realidad de la red no es exactamente
como él se la imaginó. En el video, el entrevistador duda de que en el futuro
todo el mundo pueda tener un ordenador en casa. Nadie se imaginaba que
tendríamos uno en el bolsillo. Por otro lado, el uso que se le da
mayoritariamente no es el que Asimov pensó y sólo los padres más inocentes
contratarían ADSL para que el niño estudie. Internet se parece bastante al mar: se puede navegar, hay piratas, está llena de mierda pero tiene islas preciosas.
¿Y a qué
viene semejante rallada sobre Internet y neveras? Ahora voy. En el último mes,
por varios motivos, he estado leyendo mucho en Internet sobre bastantes cosas.
Mayoritariamente, sobre gente. Personajes (casi todos españoles y gallegos) que
hicieron cosas fuera de lo común, algunas con relevancia histórica, pero que
los libros de historia mencionan de pasada o simplemente ignoran, con lo que
son perfectos desconocidos para nosotros.
Y como soy
un pesado al que le gusta contar historias y el Scattergoris, digo el blog es
mío pues voy a contar aquí alguna de esas historias cuando el tiempo y las
ganas me lo permitan.
Avisados
quedáis.
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