jueves, 11 de abril de 2013

¿Quién me ha robado el mes de Abril?



Primero la dejé a ella en el aeropuerto. Ayer por la mañana dejé el apartamento. Ayer por la tarde dejé el coche de alquiler. Momentos tristes. Se acaba otra etapa. Pienso eso de: ¿Quién coño me ha robado el mes de Abril?

En eso estoy, ensimismado con mi melancolía cuando dejo el coche. No hay nadie en la oficina así que tengo que dejar la llave en el buzón. El orden de los factores no altera el producto. Y una mierda. Si tienes que aparcar un coche, coger lo que llevas dentro y dejar la llave en el buzón mas te vale hacerlo en el orden correcto o corres el riesgo de dejarte el móvil dentro del coche cerrado una vez dejado la llave. Como me pasó a mí.

Menos mal que pude llamar desde el bar de al lado y ya que estaba me tomé algo mientras esperaba por la de los coches. Ya con teléfono y después de reírme un poco tanto de la situación como de mi mismo, decidí volver al barco andando. Es una tirada, pero me gusta pasear. Y pensar.

Y lo primero que pensé es que sé perfectamente quien me ha robado el mes de Abril. La misma persona que ayer se marchó en avión, llevándose además mi corazón. Y podría caminar por la playa a ritmo de “Así estoy yo sin ti”, pero ni de coña. Ni nadie me va a grabar un video musical ni yo soy el hombre del traje gris. Más que nada porque no pegaría mucho con mis tenis Reebok Classic.

Así que me permito unas horas de tristeza, pero no más. Cuando llego al barco ya anochece. La mitad de las penas se han quedado en la playa para que se las lleve la marea. Mañana es otro día. Hay cosas que hacer. Aventuras por venir. Y voy a necesitar la mejor versión de mí.

Así que mañana, como todos los días, seguiré el consejo que me repetía mi viejo Nokia cada vez que lo encendía.

Saca lo mejor de ti.

Vamos a ello.

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