Armata

Hoy se celebra en Spetses la fiesta conocida como “Armata”. En ella se rememora la batalla Spetses, que tuvo lugar dentro de la Guerra de Independencia griega, allá por 1822. En ella, las flotas griegas y otomanas se dieron caña de la buena hasta que los griegos le plantaron fuego al buque insignia turco con un barco cómo los del Age of Empires.

Más tarde Grecia conseguiría finalmente su independencia, apoyada por unos cuantos países europeos. Especialmente por los intelectuales que decían que a Grecia le debíamos las matemáticas, la filosofía y otras ciencias. A nosotros nos deben la fregona y sobre todo la siesta, pero no creo que nadie nos eche un cable si a Marruecos se le ocurre invadirnos.

Total que hoy en día hay conciertos y celebraciones a troche y moche y hasta por la noche. Además todos los años construyen una reproducción de un barco turco y le plantan fuego y hay fuegos artificiales. Todo muy pintoresco parece ser.

Para la tripulación significa una cena con unas cincuenta personas a bordo y mucho trabajo especialmente para cocina e interiores. Por desgracia a nosotros nos toca andar detrás de unos diez niños hijos de Satanás. Desearía con toda mi alma que la próxima vez que se suban a una de las lanchas sin permiso la encendiesen y la hélice se llevara un par de manitos por delante si no fuese porque la sangre es malísima de limpiar de la cubierta de teca.

Pero habrá que tener paciencia. Al fin y al cabo el domingo los dejaremos a todos en Atenas y no les volveremos a ver el pelo hasta la temporada que viene. El lunes, rumbo a Chipre. El círculo se cierra.

Y en exactamente 15 días y 22 horas, en el momento que estoy escribiendo esto, al aeropuerto de Larnaca y procedente de Atenas, aterrizará mi regalo de cumpleaños, el de las navidades presentes y futuras.

Debería comprar un calendario. Y empezar a tachar días.