jueves, 12 de abril de 2012

Modo verano, en invierno


Después de un viaje movidito, llegamos a Zea Marina sanos y salvos. Sin apenas tiempo para amarrar el barco y mucho menos para limpiarlo y adecentarlo, el armador y su adorable familia saltaron a bordo.

“Estoy a dieta” fue lo primero que dijo el dueño después de saludar a la tripulación, mientras se frotaba su prominente panza en uno de sus gestos característicos. Dos minutos y treinta y ocho segundos más tarde, atacaba un bol de Doritos de una manera que hacía que El Monstruo de las Galletas pareciese Carmen Lomana comiendo.

A la mañana siguiente salimos hacia Spetses, que parece ser que es el sitio a dónde hay que ir si en Semana Santa si eres griego y tienes pasta. Aquí volvimos a la rutina propia de la temporada de verano, aunque bastante más abrigados. Es curioso estar de día en pantalones cortos y polo, mientras ves nieve en las montañas cercanas. Eso sí, por las noches hay hasta quien se puso el pijama largo por debajo del uniforme para protegerse del frío.

Pero para vestimentas curiosas las de los dueños. El armador ha cambiado su polo preferido que se solía poner un día sí uno no, por una chaqueta XXXXL de Boca Juniors, más abrigadita. Mira que le gusta a ese hombre la combinación amarillo y azul. Mientras que su suegra, hoy salió por la pasarela de popa con una chaqueta de punto ocre, una falda larga negra y unos tenis de baloncesto New Balance como los que podría llevar Marc Gasol. Yo soy, una chica con suer-te y estoy divina de la muer-te…

Estaremos aquí hasta el domingo.
 
Va a ser una temporada larga.

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