Historia real, aunque por desgracia, nada extraordinaria. A un amigo mío, que llevaba un par de años trabajando en la misma empresa, lo han despedido esta semana. Dicha empresa, amparándose en la nueva reforma laboral, le pagará a mi amigo ocho días por año trabajado, ya que alega que tiene pérdidas. Hasta ahí los hechos. Ahora vienen las opiniones.
La primera. Pérdidas tiene mi culo, normalmente gaseosas y casi siempre controlables. Pérdidas tiene mi mujer, casi siempre son las llaves o cosas que desaparecen en el bolso. Pérdidas tiene Concha Velasco. Que una multinacional gane menos que el año pasado no son pérdidas. El crecimiento infinito es imposible. Claro que hay empresas que tienen pérdidas reales. Normalmente las pequeñas. Pero yo, que soy muy tonto y me cuesta entender las cosas, no veo como va ayudar a subsanar dichas pérdidas el que le salga mucho más barato despedir a alguien. Sin embargo, sé que cuando en Alcampo ponen cosas de ofertón a un euro, la gente las compra aunque no las necesite. Máxima de las rebajas: Lo importante no es lo que cuesta, si no lo que te ahorras.
Y aunque me cuesta entender muchas cosas, entiendo que hay que recortar en los presupuestos, que todos tenemos que hacer esfuerzos y apretarnos el cinturón porque estamos en tiempos difíciles. Aunque no entiendo cómo es posible que mientras que la economía va bien se enriquezcan unos pocos, cuando la cosa va mal las consecuencias las pagamos, literalmente lo de pagar, entre todos.
Tampoco entiendo cómo un país (o una comunidad o un ayuntamiento) se puede endeudar. Ya dije que no soy muy listo. ¿No se supone que disponen del dinero que recaudan de todos los ciudadanos para prestarles servicios a todos los ciudadanos? ¿Cómo puedes empeñar un dinero que no es tuyo? ¿Eso es estafa o simple incompetencia?
Sigo con opiniones. Está claro que en tres meses un gobierno no puede hacer milagros. Está claro que la última legislatura del gobierno saliente fue un desastre. Me gusta la idea de la ley de transparencia. Me gusta lo de recortar en auténticos agujeros negros de dinero que tiene la administración. Pero ¿En serio creen que cargarse la mayoría de los derechos que los trabajadores se han ido ganando en los últimos 35 años o más nos va a ayudar a salir de esta crisis? Y ojo, digo los trabajadores no los sindicatos. Ya puesto a dar opiniones (o a rajar) decir que los sindicatos son a los trabajadores, lo que la iglesia a un creyente en Dios. Se creen imprescindibles, hacen que te creas que los necesitas pero lo único que hacen es aprovecharse de una buena idea y si se fueran a tomar por saco no los echaríamos de menos.
Dicen que esta reforma nos acerca a Europa. En Suiza tienen despido libre y no les va tan mal. Pero puestos a acercarnos a Europa, me gustaría acercarme al sueldo mínimo noruego, a la educación sueca o las bajas por maternidad que tienen en la mayoría de los demás países. Coger lo peor de cada país no nos va a hacer mejor.
Hoy podría extenderme durante páginas, pero como no fui a votar porque, como decía el chiste, no me apetecía elegir entre los que me están jodiendo y los que me van a joder, no me siento con mucho derecho a quejarme. Aun así me fastidia comprobar día a día que mis opciones laborales en casa se reducen y empeoran por momentos. No hay nada que me gustaría más que dejar la última roca perdida del Mediterráneo y volver, pero las cosas no tienen pinta de mejorar.
Ya paro. Perdón por el lenguaje soez. El viajero optimista volverá pronto con nuevas historias más alegres.
Firmado:
El emigrante cabreado.
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