Mis días
navegando empiezan pronto. A las cuatro menos veinte en pie. Vestirse, lavarse
la cara, hacerse un café y al puente. Un par de minutos de intercambio de
información y empieza la guardia.
La super
luna seguía iluminándolo todo. Al estar pasando cerca de la costa de Marruecos
tuvimos que esquivar algún pesquerito y sus redes. Bien para mantenerse
ocupado. Así como pasemos Canarias las probabilidades de encontrarse un barco
disminuirán drásticamente.
Ya me acabé
el libro de Ken Follet y he empezado “La Tierra Larga”. “El Mar Largo” hubiese
sido más apropiado. Después de pasar 28 jornadas manteniendo al Choco entre el
segundo y el tercer puesto en una temporada sorprendente para propios y
extraños estoy a punto de cagarla y caerme de los puestos de play off tras un
paupérrimo balance de sólo 1 punto de los 18 posibles en los últimos partidos.
Por la tarde
hice media horita de ejercicio antes de entrar de guardia de nuevo. Todo sin
novedad hasta la última hora. El capitán decidió cambiar rumbo, olvidarse de
las Canarias y tirar directamente para el Caribe. Así haremos unas 60 millas
menos. Lo malo es que es posible que cojamos peor tiempo al ir más al Norte. De
todas formas y si mantenemos la velocidad esperada llegaremos allí el viernes
en vez del sábado. Son buenas noticias.
Nada más llegar
a la zona de tripulación noté el mayor movimiento del barco, pero nada grave.
Cenita y
para cama.
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