Basta con
saber que puedes dormir una hora más para hacer cualquier otra cosa menos
dormir. Para ser sinceros tampoco es que la necesite tanto, llevo sin hacer
ejercicio tres días, así que no es que esté físicamente muy cansado.
Me desperté
con buenas noticias desde casa. Un nuevo nacimiento en el grupo. Madre e hija
bien. Él también pero nos da un poco igual. Entre mandar emails y hacer los
informes de los simulacros de ayer volvió a pasar la guardia bastante rápido.
Además ahora tenemos cuatro horas de diferencia con España, así que ya hay
gente despierta con la que poder hablar cuando me levanto.
El calor me
animó a hacer un poquito de ejercicio. A los cinco minutos ya estaba sudando
como un cochino, pero me obligué a seguir treinta y cinco más. Al salir de la
ducha comida sorpresa: Fabada. No le puedes decir a un cocinero letón que se ha
molestado en hacer fabada con ingredientes gibraltareños pensando que es una
receta de tu tierra que no te apetece porque fuera hace 27 grados. Así que me
la comí. A fabada no sabía mucho, pero estaba buena igualmente.
El libro de
Millenium empezó lentísimo, pero parece que por fin pasa algo. Por cierto, no
sé cómo serán los títulos de estos libros en sueco, pero en inglés y en español
no se parecen ni por asomo.
La guardia
de la tarde pasó sin incidencias, lo que me permitió leer un poco más. Cada vez
se ven más peces voladores, lo que es un coñazo, porque llenan la cubierta de
sangre y escamas.
Estamos
deseando llegar.
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