Me desperté
con la noticia del resultado del Inglaterra-España. Contando que de los cinco
que somos en el departamento de cubierta ahora mismo, cuatro tienen pasaporte
británico, me pareció inteligente saber de antemano si debería presumir o
estarme calladito. Por cierto, curioso que de mi “Team Great Britain” ninguno
tenga en Reino Unido su residencia habitual fuera del barco.
Apunte sobre
Aspas, que quiero dejar por escrito para que cuando mis hijos escuchen las
leyendas sobre este tío dentro de veinte años sepan diferenciar la historia del
mito. Aspas es muy bueno. Tan bueno, que si no fuera porque es de Moaña y
celtista no estaría jugando aquí. Además lleva mes y pico en una forma
excelente. Ayer lo demostró con la selección. Pero Aspas no es Messi. Aspas no
nos salvó de bajar a Segunda B. No subió al Celta a primera y luego lo mantuvo
él solito. Pero no pasa nada. Seguramente cuando Jesucristo caminó sobre las
aguas en realidad le llegaba por las rodillas. Eso no le quita mérito al
asunto. Una opinión.
En fin, la
guardia de la mañana no tuvo nada relevante. Cuando el Capitán llegó al puente
dijo que otra vez cambiaríamos la hora durante su guardia, lo cual es un
detalle. Es me nos dejará al resto más tiempo libre para descansar o lo que
queramos.
El libro que
empecé tiene buena pinta y al final aseguré el cuarto puesto con el Choco en la
última jornada. Por cierto se me olvidó contar algo importantísimo de ayer: Me
puse pantalones cortos. Navegar, visitar sitios nuevos, conocer gente de todo
el mundo… Todo eso está muy bien. Poder llevar pantalones cortos en Noviembre,
ese es el sueño hecho realidad.
La guardia
de la tarde fue tranquila. Anocheció pronto debido al cambio de hora. Se veían
un montón de estrellas.
Otro día
más.
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