Poros es una isla realmente pequeña y el pueblo lo es aun mas. No llevamos aquí ni una semana y ya conozco a algunas personas aunque sólo sea de vista. Hay un montón de turistas y jubilados que eligen este destino para sus vacaciones año tras año aparte de los nativos de aquí. Hay tanta gente peculiar que sería el escenario ideal para una novela de misterio en la que el protagonista tiene que resolver el asesinato (Cualquier tribunal estaría claramente a mi favor ante un intento de plagio de esta idea).
Nada más salir por la pasarela de popa, a unos cinco metros de distancia nos encontramos con un veterano vendedor de cuadros. Todos los días a las nueve de la mañana viene con sus cuadros y su silla. Los coloca, se sienta y se pasa el resto del día mirando al mar. No trata de venderlos y lo único que suele decir en horas es “abandon ship, abondon ship” como un loro cada vez que alguno de nosotros salimos del barco. Casi nos morimos de risa el día que vimos como les explicaba como atracar el barco, medio en griego medio en inglés, a un grupo de alemanes que venían en un velero y que sabían del mar lo mismo que yo de marionetas.
Si a media tarde uno se da una vuelta por los muchos bares que hay por el paseo, seguramente te encuentres a una pareja de jubilados ingleses amigos de nuestra tripulación. Tres días he coincidido con ellos y siempre llevaban la misma camiseta cada uno. Él la del Chelsea y ella la del Manchester. Los dos colorados, los dos gorditos, los dos bastante feos. Intento evitar la conversación sobre todo con él porque cuando lleva un par de pintas y debido a que sólo le quedan dos dientes en la parte de arriba no se le entiende gran cosa.
Y luego está Paul, uno de nuestros marineros. Paul no vive aquí pero si lo hiciese sería el alcalde. Paul para a la gente que va en moto a grito de “malaca” y habla con ellos en medio de la carretera. Conoce a todo el mundo, a sus hijos y a sus padres. Hace fotos a los grupos de turistas e intenta ligarse medio en coña medio en serio a todas las camareras. No habla griego pero se entiende con gente que no habla inglés.
Si alguna vez tenéis intención de ir a Poros, Paul es vuestro hombre.
Felicidades, David. Me encanta leer tus aventuras mediterráneas. Sigue así. Un bico para Andrea.
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