miércoles, 18 de mayo de 2011

Rodas


Concluido nuestro paseo por fuera de la Unión Europea, nos dirigimos esta vez a Grecia, más concretamente a la ciudad donde estuvo una de las siete maravillas del mundo antiguo, Rodas.

No sé si por la imagen del Coloso en mi mente, por la pinta de la ciudad con su playita al lado de una imponente muralla o porque he visto demasiadas películas; nada más acercarnos a puerto me dieron ganas de varar el barco en la playa, saltar por la borda con mi melena rubia al viento y reclamar la ciudad y la gloria para mí y mis mirmidones.

Luego recordé que ni viajaba en trirreme, que la melena la perdí hace años y que en vez de escudo redondo suelo llevar un reloj Casio negro que no es que proteja mucho de posibles flechas troyanas, así que me concentré en ayudar al contramaestre con la maniobra de las anclas y atracar el barco en el puerto de una manera más ortodoxa.

Con muy poquito tiempo para ver la ciudad, hice un sprint fotográfico justo antes de que se pusiese el sol pero no me dio tiempo a casi nada, lo cual es una pena porque me pareció una ciudad que se merece ser vista con calma. El único defecto que le encontré, es que, como en Marmaris, en toda la ciudad vieja no hay un solo bajo que no esté ocupado por una tienda o un restaurante, lo que hace que te sientas como en Port Aventura pero sin atracciones.

Mañana al mediodía salimos hacia la isla de Poros, lo que nos llevará casi un día entero de navegación, así que “antío” por el momento.

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