Allá
nos fuimos. Por enésima vez. Es curioso pensar que hemos ido a Chipre más veces
que a Orense, por ejemplo, por decir algún sitio cercano.
Pero esta vez nos fuimos juntos. Nuestra pequeña familia al completo.
Es
complicado viajar con bebés. Cuanto más pequeños son más cosas necesitan. Y eso
que tuvimos la gran suerte de que nos presten un millón de cosas un compañero
del barco que vive aquí. Por lo que damos un millón de gracias. Aun así, sus
cosas ocupaban su maleta y parte de las nuestras.
Son
curiosas las reacciones de la gente cuando viajas con un niño pequeño. En los
aeropuertos todo el mundo te sonríe a ti y al niño. Te recuerdan lo mono que es
y todo son carantoñas y buen rollo. Pero una vez dentro del avión la cosa
cambia. Ahí todo son miradas de recelo y maldiciones. Pensamientos de “que he
hecho yo para merecerme un niño llorón al lado” y “a ver por qué no podría
volar la criatura en la bodega de carga”. Suerte que el niño ha heredado de su padre (aparte de
piel atópica) una narcolepsia aérea
comodísima. Así que el bueno de Gael sólo lloró un poco en el aterrizaje de los
dos últimos vuelos. Y sospecho que en el de Atenas fue más por el olor de la
ciudad que por el aterrizaje en sí. En general se portó de maravilla.
Nota
sobre Atenas: Normal que aparezcan niñas suecas robadas en campamentos gitanos.
La señorita que comprobaba los pasaportes ni se molestó en levantar el culo
para comprobar si efectivamente llevábamos a nuestro hijo o a un niño negro,
chino o klingon.
Llegamos
a Chipre puntuales, pero no lo hizo así la maleta del niño. Menos mal que
Andrea se rigió por la máxima de no poner todos los huevos en la misma cesta,
así que teníamos leche y pañales para un par de días. Aun así al día siguiente
fuimos de compras pagadas por la compañía aérea.
Hoy
es nuestro primer fin de semana aquí. Y aunque no podría pensar un sitio mejor
para estar que no fuese en nuestra casa en Vigo, estamos juntos y hace sol (esa
cosa redonda y amarilla que está en el cielo y da luz y calorcito). Así que a
pesar de los pesares estamos bien.
Ya os iremos contando.
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