lunes, 3 de febrero de 2014

Viaje en familia



Allá nos fuimos. Por enésima vez. Es curioso pensar que hemos ido a Chipre más veces que a Orense, por ejemplo, por decir algún sitio cercano. Pero esta vez nos fuimos juntos. Nuestra pequeña familia al completo.

Es complicado viajar con bebés. Cuanto más pequeños son más cosas necesitan. Y eso que tuvimos la gran suerte de que nos presten un millón de cosas un compañero del barco que vive aquí. Por lo que damos un millón de gracias. Aun así, sus cosas ocupaban su maleta y parte de las nuestras.

Son curiosas las reacciones de la gente cuando viajas con un niño pequeño. En los aeropuertos todo el mundo te sonríe a ti y al niño. Te recuerdan lo mono que es y todo son carantoñas y buen rollo. Pero una vez dentro del avión la cosa cambia. Ahí todo son miradas de recelo y maldiciones. Pensamientos de “que he hecho yo para merecerme un niño llorón al lado” y “a ver por qué no podría volar la criatura en la bodega de carga”. Suerte que  el niño ha heredado de su padre (aparte de piel atópica)  una narcolepsia aérea comodísima. Así que el bueno de Gael sólo lloró un poco en el aterrizaje de los dos últimos vuelos. Y sospecho que en el de Atenas fue más por el olor de la ciudad que por el aterrizaje en sí. En general se portó de maravilla.

Nota sobre Atenas: Normal que aparezcan niñas suecas robadas en campamentos gitanos. La señorita que comprobaba los pasaportes ni se molestó en levantar el culo para comprobar si efectivamente llevábamos a nuestro hijo o a un niño negro, chino o klingon.

Llegamos a Chipre puntuales, pero no lo hizo así la maleta del niño. Menos mal que Andrea se rigió por la máxima de no poner todos los huevos en la misma cesta, así que teníamos leche y pañales para un par de días. Aun así al día siguiente fuimos de compras pagadas por la compañía aérea.

Hoy es nuestro primer fin de semana aquí. Y aunque no podría pensar un sitio mejor para estar que no fuese en nuestra casa en Vigo, estamos juntos y hace sol (esa cosa redonda y amarilla que está en el cielo y da luz y calorcito). Así que a pesar de los pesares estamos bien.
 
Ya os iremos contando.

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