lunes, 14 de mayo de 2018

El Tsunami de Tafjord


El penúltimo día de nuestro viaje con el armador por Noruega, echamos el ancla en el precioso fiordo de Tafjord, al norte de Geiranger. Atamos un cabo desde nuestra popa a una roca a tierra y el armador pudo disfrutar de la cena a pocos metros de una catarata y con unas vistas espectaculares. Para este tipo de cosas uno se compra un mega yate.

En dicha operación un marinero se cayó al agua a cámara lenta como Arnold Schwarzenegger en la lava del final de Terminator 2. Cuando comprobamos que no se iba a morir de hipotermia nos reímos un buen rato.

Resulta que en ese mismo fiordo, en 1934, ocurrió una de las mayores tragedias naturales de la historia reciente de Noruega. El 7 de abril se oyó un gran Cra-cra-cra y unos dos mil metros cúbicos de roca se desprendieron de la ladera de una montaña y fueron a caer 700 metros más abajo. ¿Sabéis cuando tiráis una roca grande al agua y hace “tunch”? Pues este fue un tunch de proporciones bíblicas.

Os datos varían según las fuentes, pero la ola alcanzó entre 60 y 80 metros de altura y mató entre 40 y 50 personas de hasta tres pueblos distintos. No mató a más, porque allí no vivía más gente.

Hace un par de años se hizo en Noruega una película basada en dicho desastre y en si sería posible que se repitiese, “La última Ola”, que fue un exitazo de taquilla en dicho país.

Con catástrofes o sin ellas, es uno de los sitios más bonitos en los que he estado nunca.

sábado, 12 de mayo de 2018

Noruega


Noruega ya queda por la popa. Tras aproximadamente un mes visitando parte del país ya puedo decir que ha sido de mis viajes en barco favoritos.

Es un país impresionante. Los fiordos, el mar, las miles de cataratas. Paisajes distintos a todo lo que había visto hasta ahora. Pasa como Roma o París. Lugares que has visto en fotos que no le hacen ninguna justicia. Verlos en persona es otra cosa.

Si no fuese porque llueve o nieva unos 300 días al año sería un país casi perfecto. Bueno y por el frío. Pero claro, si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta. En cualquier caso ya nos dirigimos al sur, a climas más cálidos.

Tras parada rápida para repostar en Rotterdam, Gibraltar. Leerlo lleva cuatro segundos, pero navegarlo unos seis días. Ahí otra vez combustible y luego mi querida Génova. Son un par de años sin visitarla y nos echamos de menos. Lo mejor es que de ahí volaré a casa.

Ahí sí que empezará oficialmente el verano.