miércoles, 25 de mayo de 2011

Panic


El éxito del inglés como idioma se debe a que, aparte de que es el idioma que habla la mayor superpotencia mundial, es una lengua bastante sencilla. Cualquiera puede aprender inglés básico en relativamente poco tiempo y entenderse en cualquier lado.

Considero el castellano un idioma bastante más rico en vocabulario y en expresiones, sólo pensad en la poca variedad que tienen los guiris al insultar, pero aún así hay un verbo que no tenemos y es una pena, porque me encanta: To panic.

En España nos entra el pánico o cunde el pánico, una de las pocas cosas que de verdad cunde junto con el Fairy aunque algunos se empeñen de lo contrario, pero no “paniqueamos”. Y la gente paniquea un montón en los yates.

Llegando hoy a Atenas después de un viaje de unas tres horas desde Poros en el que se cumplió otra Ley de Murphy de los yates: Si el barco está recién baldeado las posibilidades de lluvia se incrementan en un mil por cien, recibimos la llamada de la oficina diciendo que el armador vendría en veinte minutos a decir hola.

¡AÚ, AÚ! ¡PANIC STATIONS! La mitad de la tripulación, especialmente el departamento de interiores que es nuevo al completo, empezó a paniquear de manera considerable.

Al final la visita no fue para tanto y así pudimos conocer al armador. Simplemente nos presentamos pero enseguida me cayó bien. Y es que hay que tener mucha clase para salir de tu Porsche todoterreno con chofer para entrar en tu yate de 62 metros en chándal, camiseta y tenis Reebok Clássic.

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