Acabo de
embarcar de nuevo. Desde que conseguí la ansiada rotación estos meses siempre
son los que más me cuesta estar fuera. Este año se añade además la preocupación
de un posible nacimiento durante mi ausencia. Digamos que no mola.
Para
llevarlos lo mejor posible me he marcado un par de propósitos que pienso
cumplir a rajatabla. Sin excusas.
El primero
es desempolvar este blog. Escribir ayuda a mantener la cabeza bien amueblada.
Escribir este blog, más concretamente, me hace a veces de terapia o de válvula
de escape y me ayuda a mantener el contacto con más gente. En el peor de los
casos me distrae mucho. Lo que no podré hacer es publicarlo en Facebook. Esta
será la última vez. Nunca he estado tan contento en un trabajo y la única medio
paranoia que tiene el dueño de este barco es sobre su privacidad. No vaya a
ser.
El segundo
es hacer más ejercicio. Hay pocas cosas que me sienten tan bien. Ya he empezado
en casa y pienso mantenerme. Voy a tener tiempo y desfase horario así que no
tengo excusa.
El tercero
es disfrutar de todo. Recuerdo que un profesor de instituto nos dijo una vez: “Si
vuestros padres os obligan a estar aquí, más os vale sacar algo de provecho.
Vais a estar mucho tiempo”. Si me ingresaran el sueldo por quedarme en casa no
movería el culo, pero me gusta mi trabajo. Voy a estar un par de días en
Barcelona, que no está nada mal. Luego Gibraltar, que… bueno, que tiene monos y
luego cruzaremos de nuevo el Atlántico para ir al sur del Caribe, dónde nunca
he estado. Echaré de menos mucho y a muchos, pero no hay razón para no
disfrutar del viaje.
Hoy me ha
costado un mundo escribir esto y eso que no vale ni para tomar por saco. Ando
oxidado. Pero por algo había que empezar. Ya iré mejorando.
Mientras no
llega enero y os moréis de envidia al ver mi moreno invernal…
Os iré
contando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario