El penúltimo
día de nuestro viaje con el armador por Noruega, echamos el ancla en el precioso
fiordo de Tafjord, al norte de Geiranger. Atamos un cabo desde nuestra popa a
una roca a tierra y el armador pudo disfrutar de la cena a pocos metros de una
catarata y con unas vistas espectaculares. Para este tipo de cosas uno se
compra un mega yate.
En dicha
operación un marinero se cayó al agua a cámara lenta como Arnold Schwarzenegger
en la lava del final de Terminator 2. Cuando comprobamos que no se iba a morir
de hipotermia nos reímos un buen rato.
Resulta que
en ese mismo fiordo, en 1934, ocurrió una de las mayores tragedias naturales de
la historia reciente de Noruega. El 7 de abril se oyó un gran Cra-cra-cra y
unos dos mil metros cúbicos de roca se desprendieron de la ladera de una
montaña y fueron a caer 700 metros más abajo. ¿Sabéis cuando tiráis una roca
grande al agua y hace “tunch”? Pues este fue un tunch de proporciones bíblicas.
Os datos
varían según las fuentes, pero la ola alcanzó entre 60 y 80 metros de altura y
mató entre 40 y 50 personas de hasta tres pueblos distintos. No mató a más, porque
allí no vivía más gente.
Hace un par
de años se hizo en Noruega una película basada en dicho desastre y en si sería
posible que se repitiese, “La última Ola”, que fue un exitazo de taquilla en
dicho país.
Con
catástrofes o sin ellas, es uno de los sitios más bonitos en los que he estado
nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario