domingo, 18 de noviembre de 2018

Valencia

Parece que no pasó, porque de aquella apenas había Facebook y fue cuando las cámaras digitales empezaron a ser accesibles y la gente dejó de imprimir fotos. Pero nuestra primera aventura fuera de casa fue en Valencia hace más de diez años.

De aquella me quejaba de su olor y de que no le llegaba a Vigo ni a la suela de los zapatos. Esto sigue siendo verdad, pero, ahora que he vuelto, estoy redescubriendo una ciudad a la que ni yo mismo sabía que le guardaba tanto cariño y tanta nostalgia.

Aquí llegamos siendo unos niños y descubrimos como era la vida de adultos. Papá y mamá estaban a mil kilómetros. Un trabajo de verdad cada uno, pagar un alquiler y facturas, nuestro primer coche… Y en todos esos plurales estuvo la clave de todo. Ella dijo “me voy contigo”  y vaya si se fue. Luego vendrían otros sitios, pero fue en Valencia cuando ya no me imaginé ninguna otra aventura sin ella.

Vivimos en un colchón en el suelo que estaba en un tercero sin ascensor. Irónico entrenamiento para lo que nos esperaría más adelante. Viajamos en coche a mil sitios atiborrándonos de Pelotazos. Casi nunca cocinábamos y nunca en mi vida comimos tanto fuera de casa. Fuimos ricos. Y muy felices.

Ahora nos preparamos para volver de otra manera. Navidades con niños en Valencia.


¿Cómo se iba a imaginar aquella pareja que lo mejor estaba por llegar?

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