viernes, 12 de agosto de 2011

La bahía de los barcos sin dueño


Adiós a Mónaco, puede que ya hasta el año que viene. Estos días hemos tenido una comida a bordo con gente de distintas agencias de chárters para enseñarles el barco y ver si conseguíamos algo, pero de momento muchas promesas y pocos hechos. Y comida gratis para ellos.

También me he encontrado a un viejo conocido que solía trabajar en Vigo. Un senegalés llamado Matar (otro nombre de cuidado) que también se ha metido en esto de los yates. El mundo es un pañuelo. Los sudafricanos de a bordo se pusieron en guardia cuando vieron que un negro preguntaba por mí.

Como el armador ya no está a bordo, no está dispuesto a pagar un atraque para que la tripulación esté tranquilamente en puerto así que hoy tuvimos que salir a fondear a la bahía de Saint Jean – Cap Ferrat. Una bahía bonita y que es destino frecuente de yates que esperan a armadores o invitados.

Hace años estuvimos aquí unos diez días al final de la temporada mientras esperábamos a ir al salón náutico de Cannes. El pueblo es agradable y tiene unas panaderías increíbles. Fue aquí dónde nos comíamos una barra de pan entera por persona y día rellena de ibéricos. El paraíso.

Hoy no tenemos ibéricos. Tenemos cerca a Eclipse, el yate más grande del mundo, con su armador Abramovich disfrutando de sus más de 150 metros de eslora. El plan es volver a mi querida Génova el martes seguramente si no hay nuevas noticias de ningún chárter. Mientras tanto queda esperar.

Día libre mañana, y yo de guardia. Empieza a oler a gyros y kebabs.

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