Se acabó lo que se daba. Después de quemar los últimos cartuchos para intentar conseguir un chárter, nos damos por vencidos y mañana pondremos rumbo a Grecia.
Como tenemos tiempo, pararemos en la isla italiana de Ponza que está un poco antes del golfo de Nápoles viniendo desde el Norte y que si se parece un poco a las fotos del Google, puede ser un sitio de lo más interesante para pasar una tarde. O dos.
Hoy toca despedirse de Génova, de la que ya hablé maravillas anteriormente. Hay sitios mucho más bonitos en el Mediterráneo, pero creo que este es el único donde podría vivir.
Como hoy terminaremos pronto, iré a hacer alguna comprita y luego iré a tomarme un helado de esos que te alegran el día, la existencia y el paladar. Después estamos invitados a tomar una pizza en un bar de la marina a expensas del barco.
Y en principio de vuelta a bordo pronto, que hay partido y mañana tenemos navegación larga. Se acaba nuestro periplo por este lado del Mediterráneo. Un par de días con el armador, una fiesta en Spetses y nuestra temporada de verano se habrá terminado.
Después al astillero. Se habla de Estambúl.
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