sábado, 15 de diciembre de 2018

Cambio de respuesta


El otro día, un compañero, no el más espabilado de todos, me hizo una pregunta que me dio que pensar: ¿Hay mucha diferencia entre Valencia y Vigo? ¿La gente, la ciudad?

“No” respondí rápidamente. “Más o menos es lo mismo”. La reflexión vino luego, porque si me hubieran hecho esa misma pregunta hace once años hubiese respondido de una manera muy distinta.

¿Qué ha cambiado en este tiempo? Pues hay cosas objetivas, ya que once años no son pocos, que a mi parecer han acercado las dos ciudades. Mercadona ha multiplicado por 6 sus tiendas en Vigo mientras que Estrella Galicia ha duplicado su gasto publicitario para extenderse por toda España. Parece una chorrada, pero son dos cosas que antes asociaba exclusivamente a estas ciudades, o a sus respectivas comunidades al menos.

Pero está claro que lo que más ha cambiado he sido yo. No es lo mismo tener veinte pocos e irte de casa por primera vez que tener treinta y tantos (el tiempo vuela) y tener unas cuentas miles de millas a la espalda.

Después de haber vivido en Chipre, Holanda o Grecia, Valencia esta aquí al lado. Valencia es Porriño. Mil kilómetros é una carreiriña dun can. ¿Y la gente? Dicen “agua natural” en vez de “del tiempo”, les gustan los toros y beben horchata. Extraterrestres. Están locos estos valencianos. Polacos, Sudafricanos, Filipinos… gente que no sabe que es un churro, Los Reyes Magos o Iago Aspas. Ni siquiera estos me parecen muy distintos ya.

Distinta o no, no es mal sitio para pasar unas Navidades, que ya espero con impaciencia.

Cuenta atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario