miércoles, 12 de junio de 2013

Recluta patoso II



Como la recluta patoso no se da decidido a sentarse en el baño y pegarse un tiro, pues sigue a bordo. Había dejado la historia con una rodilla maltrecha con docena y media de puntos de sutura. ¿Que el domingo con los dueños a bordo no trabaja? pues calma, que diría Cristiano. ¿Qué hacer al lunes siguiente que tenemos el día libre? ¿Reposar y dejar que la herida cure bien? Por favor, que cosas tengo.

Lo que a la recluta patoso se le ocurre es ir a la playa, evidentemente. Porque la vida son dos días y hace solete. Y mira tú por dónde que después de andar todo el día encima de la pierna e ir a un sitio lleno de arena (cosas que tienen las playas, oyes) y recordando siempre que estamos hablando de una persona que podría degollarse a si misma con una barra de pan, pues la herida va y se infecta. Para mear y no echar gota. Quien podría imaginárselo.

Al día siguiente trabaja algo, pero la pierna duele. Y aun duele más un día más tarde así que decide ir al médico.  Allí ven la infección y deciden que tiene tan mala pinta que es mejor que se quede ingresada un par de días. Tienen que quitarle los puntos, abrirle de nuevo la herida y limpiársela bien. Un desperdicio de agua con la sequía que hay. Utilizan anestesia local. Así es como un tropiezo acaba en una operación en un hospital.

Pasaron los días. Volvió al barco y al trabajo. Ayer fuimos a cenar fuera casi toda la tripulación. Ella estaba fumando y alguien le dijo de coña al capitán. “Mira, y seguro que en su currículum pone que no es fumadora, como todas”. A lo que ella respondió: “Si fuera esa la única mentira…”

Resulta que para la foto del currículum se fue a una tienda a buscar una camisa blanca y unos galones. Como no tenía ni idea de los rangos escogió unos de segundo oficial de cubierta, que eran muy monos. En una agencia de embarque le comentaron que era bueno que pusiese que practicaba algún tipo de deporte. Como no hace ninguno, ¿sabéis que puso? ¿Vela, natación, surf? ¿Algo relacionado con el mar? Por favor. ¡Golf! La razón: En un barco nunca le pedirían que demostrase lo buena que es. Es la más estúpida y mejor peor decisión de la que tengo noticia.

Estaba a punto de contarnos algo más cuando extraña pero sabiamente decidió que era el momento de callarse.

Lástima que no use esa intuición más a menudo.

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