Siguiendo hacia abajo en la escala jerárquica del barco, justo debajo del capitán, nos encontramos a los jefes de departamento: Al primer oficial de puente, que ya lo conocéis de sobra, la jefa de interiores, el jefe de cocina y el jefe de máquinas, que es del que os voy hablar hoy.
Nuestro departamento de máquinas al completo está formado por ciudadanos montenegrinos. Si ya normalmente la gente de máquinas es bastante rara imaginaros a los tres hablando en su lengua materna a grito pelado (el trabajar con tanto ruido hace que te vuelvas sordo irremediablemente). Gracias a mis conocimientos de croata sé que se dicen de todo y nada dobro.
El jefe, al que llamamos Rosko, es un tío delgado de mi estatura que debe tener unos cuarenta y tantos. Él a mí me llama siempre Mr. David y siempre que entra en el puente y se acerca a algún aparato éste deja de funcionar misteriosamente.
Suele estar siempre de coña y dice que si lleva trabajando aquí catorce años es porque siempre se las arregla para que las reparaciones importantes las haga el otro jefe de máquinas, con el que rota cada tres meses.
Como buen maquinista, me contó que los tres pasos infalibles para que algo que no funciona vuelva a hacerlo son:
1- Resetearlo
2- Golpearlo
3- Cambiarlo por uno nuevoEngineering is all about the reset.
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