Mañana nos vamos por fin de Grecia y la verdad es que estoy contento por ello. Salvando un par de islitas no es un país que me haya gustado demasiado. La pobre Atenas está como los cientos de perros callejeros que rondan por sus calles, sucia y maloliente. Pero no siempre fue así.
Después de todo lo que he rajado sobre este lugar, ahora que vamos a navegar por estas costas por última vez, pasaremos por lugares donde se libraron algunas de las batallas más increíbles de la historia y creo que es justo reconocerle el pasado glorioso que tuvieron. Y es que agüita con los griegos.
Después de la batalla de Maratón que dio nombre a la carrera y en la que los griegos ganaron a los persas, Grecia era los Estados Unidos de hoy en día. Pero los persas no iban a dejar las cosas así, ni de coña. Así que en el 481 a.c. Jerjes, que no era tan alto como en la peli, cruzó el estrecho de los Dardanelos con un ejército bestial para darle los buenos días a sus vecinos.
El consejo de ciudades griegas que lideraba Esparta deció salirles al encuentro en las Termópilas, dando lugar una película y a un comic de éxito. Los griegos empezaban a ver la que se les venía encima así que se retiraron a la península del Peloponeso, detrás del muro del istmo de Corinto, por cuyo canal pasaremos mañana. En este tiempo Atenas fue saqueada con lo que me imagino que estaría en un estado parecido al actual.
El punto de inflexión fue batalla de Salamina, una de las batallas navales más impresionantes de la historia y el Trafalgar persa. Estos, con una superioridad numérica en naves avasalladora, pensaron que la batalla sería pan comido, pero resultó que salieron de allí como el Madrid de Alcorcón.
Los trirremes griegos, mucho más maniobrables en poco agua que las pesadas naves persas les dieron pal pelo y Jerjes, que se había mandado construir un trono en lo alto del monte del Pireo para ver la batalla mientras se tomaba unas birrillas con sus consejeros, tuvo que largarse de Grecia porque se acordó de que había dejado el gas abierto.
Así que cuidado con los malakas, que el que tuvo retuvo.
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