miércoles, 13 de julio de 2011

Génova II


El viernes cuando nos toquen los 180 kilos de los Euromillones, después de comprar una casa en Vigo, un yate, arreglar el coche y contratar a Vincenzo, empezaré a buscar propiedades entre Génova y Portofino.

Sueños aparte, hoy os contaré la segunda parte de mi paseo por Génova, centrado en la gastronomía  y que merece un artículo completo para ella sóla.

A media mañana y después de separarme de mis compañeros decidí que era hora de darme un descanso. Después de visitar el mercado dónde aún no sé si vendían pescado o moscas (de lo segundo había mucho más) me senté a tomarme un café en una pequeña cafetería mientras le echaba un vistazo a La Gazzetta dello Sport. Si no fuera porque el cappuccino era infinitamente mejor que un café con leche normal y porque el periódico hablaba de Conte en vez de de Mouriño, creo que no me sorprendería si apareciese Anderson para traerme dos trocitos de bizcocho. No me sentía tan en casa desde hace dos meses. Cappuccino delicioso y superespumoso: 1,10 €.

Mi estómago se está acostumbrando de nuevo al horario europeo de comidas y a la una y media estaba muerto de hambre. Os comenté de pasada que en Génova probé hace más de un año el mejor kebab del mundo. Pues bien encontré el lugar otra vez. Doner Kebab Monte Ararat se llama y los kebabs saben como si el mismísimo Noé los hiciese con Dios diciéndole al oído como adobar la carne. A medida que lo iba comiendo, con los ojos en blanco de placer, pensaba que lo recordaba bastante más picante. El truco está en que la sensación de ardor va in crescendo y un par de minutos después de que te lo acabes sientes como si tuvieras un incendio en la boca. De todas maneras repetiré. Kebab abrasadoramente exquisito + Acqua minerale: 4,80 €.

Ya en el camino de vuelta hacia al barco encontré la solución para apagar definitivamente el fuego de mi boca: Helados artesanos. Me pedí una tarrina de limón y piña y me senté en las escaleras de una iglesia a disfrutarlo. Es lo más parecido a una experiencia religiosa que he tenido en mi vida. ¼ litro de Gelatto de limone mi amore y ananás oh lalá: ¡2,80 €!

Llegué al barco a eso de las tres y media. Hora perfecta para una siesta.

Porque una cosa es que me encante Italia y otra que reniegue de la cultura española.

1 comentario:

  1. Parece que estás de vacaciones en vez de trabajando.... Ojalá os toquen los euromillones y os compréis esa casita y por supuesto me invitéis un par de días, los suficientes para ponerme hasta arriba de helado... por Dios eso es el Nirvana!!!
    Continúa disfrutando! Un abrazo!!

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