miércoles, 29 de febrero de 2012

Pequeñas victorias

El día que el propietario me enseñó el piso en el que vivimos por primera vez, me dijo que teníamos parabólica pero que no estaba seguro de si el aparato conectado a la tele funcionaba. Cuando me mudé, le eché un vistazo rápido y vi, erróneamente, que le hacía falta un euroconector.
Ayer, armado con mi nuevo cable me decidí a meterle mano. Al final dicho cable resultó innecesario (seis euros a la basura), pero después de no mucho tiempo conseguí que en la pantalla, en la que no se veía más que lluvia, apareciese un mensaje sobre fondo negro que decía “service not working or scrambled”. Primer punto para los locales. Poltergeist a raya. Pensaba que “scrambled” sólo podían estar los huevos, pero de todo se aprende.
La siguiente victoria tardó un poco más en llegar. Ahora ya podía entrar en el menú del aparato, pero éste estaba en griego. Gracias a un poco de intuición, a la pura suerte y al Poder de la Fuerza, pude cambiar el idioma no al inglés, si no al español. Íbamos bien.
Ahora llegaba la parte difícil. El aparato no era muy moderno. Así que había que elegir manualmente el satélite y ajustar una serie de parámetros. En el primer intento conseguí un montón de canales árabes, unos cuantos italianos y un par de ellos en inglés. No estaba mal, contando que por el TDT normal sólo recibíamos MTV Grecia y Euronews en inglés, ya era una mejora, pero estaba en modo ambicioso y quería más.
Me sonaba que los canales españoles se veían por el satélite ASTRA, pero no soy ningún técnico antenista. Por suerte, todo está en internet. A la cuarta o quinta búsqueda y después de pasarme toda la tarde quemándome las pestañas con la tele, en la pantalla apareció un bombero que, con acento aragonés pero en español alto y claro, contaba lo bueno que era su perro.
Sonó el “Gaudeamus Igitur”, la banda sonora de “2001, odisea en el espacio” y cien coros celestiales. Lo celebré como celebré los goles del rodillo celeste el domingo pasado. Son sólo dos canales pero me da igual. Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para nuestra pequeña familia en el extranjero. Las cosas que más cuestan conseguir son las que dan mayor satisfacción cuando las consigues.
Así que hoy, a eso de las diez y media hora local, abriré una cerveza de marca impronunciable que lleva en la nevera dos semanas y, con la mejor de las compañías, veré el España – Venezuela por TVE Internacional.
No porque me interese demasiado el partido.
Si no porque puedo.

1 comentario:

  1. Hola, David. Oye, qué rato más agradable he pasado leyendo parte del blog. Yo soy informático y tengo como hobby la orientación de satélites. Así que, cualquier cosa te echo una mano. Sí, ya, supongo que la distancia es un problema... pero no tanto, yo también vivo en Limassol.

    Un saludo.

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