martes, 7 de febrero de 2012

Segunda temporada


Era esperado, y ayer por fin ocurrió. Me llamaron de la oficina de Chipre. El viernes volaré hacia la isla de Afrodita a embarcarme de nuevo en el mismo yate dónde ya estuve el verano pasado.

Esta vez voy al mismo sitio y por eso me siento distinto. Aunque tener unos pequeños nervios es inevitable, esta vez ya sé lo que me voy a encontrar allí. Ya conozco a la tripulación y al barco, lo bueno y lo malo que tienen, así que la excitación por el inminente viaje no es la habitual.

Y lo que hace que esta vez la partida sea mucho más fácil es que Andrea se vendrá conmigo. Dejo mucho atrás pero me llevo la parte más importante. Estos tres meses he desfrutado de unas vacaciones como hacía mucho tiempo que no disfrutaba. Lo mejor: El ver que nada cambia, el que la gente te trata como si nunca te hubieses ido.

Hora de despedidas y de hacer las maletas. Y de desentumecer las manos dónde la ola de frío siberiana se ha cobrado un sabañón en el dedo de mandar a la gente a tomar… viento. Toca escribir más y resucitar este blog, que en estos meses también ha estado de vacaciones.

Hoy es sólo una introducción, pero permanezcan atentos. Cómo dijo Marcus Brody saliendo de Alexandretta después de que su colega Indy encontrase El Grial:

¡Seguidme, conozco el camino!

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