miércoles, 24 de agosto de 2011

Perfil del tripulante 5: La nueva jefa de interiores


Después del último chárter la jefa de interiores pidió la cuenta y puso rumbo a Rumanía. El resto de las chicas casi brindó con champán ese día. La verdad es que era la única tripulante con la que había habido algunos problemas así que desde ese momento la convivencia a bordo ha sido mucho más tranquila.

La azafata senior ocupó su lugar y es de la que os voy a hablar hoy. Se llama Lidiya (suena igual que Lidia) y es ucraniana.  Se crió en un país que vivía con la amenaza de que el monstruo capitalista atacase en cualquier momento así que en el colegio a la tierna edad de diez años aprendió a montar, desmontar, cargar y disparar un kalashnikov, el mejor invento de la madre patria Rusia. Ahí queda eso.

No debe medir más de un metro sesenta pero el día que estalle la tercera guerra mundial, un ataque masivo zombi o cualquier otro tipo de apocalipsis, me la pido en mi equipo.

Lleva trabajando en el mar desde hace más de veinte años así que le sobra experiencia. Es una profesional como la copa de un pino. Ahora tiene la suerte de poder trabajar con su marido, que es el jefe de cocina de nuestro barco.

Lidiya no suele beber, pero cuando lo hace se dedica a ello como sus antepasados cosacos. Cuando eso ocurre, la proporción de tacos que salen por su boca, que normalmente es de 2 de 6 (2 tacos de cada 6 palabras) pasa a ser de 2 de 4. No hay sustantivo que no acompañe de “bloody” o “fucking”. Lo raro es que jura que no decía ni una sola palabrota antes de empezar a trabajar en este barco.

Otra curiosidad es su fino radar para las tiendas caras, su gran debilidad y el quebradero de cabeza de su marido. Sería capaz de encontrar una tienda de Gucci en plena estepa siberiana. Es realmente asombroso.

Todo va mejor desde que ella está a cargo del departamento de interiores y no es fácil mantener la paz entre tantas mujeres.

Esperemos que dure.

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